PvZ GW2 - ficha

Si alguno recuerda la nota sobre el evento EA Showcase que publicamos el año pasado, sabrá que no quedé muy impresionado cuando probé el Plants vs. Zombies: Garden Warfare 2. Sin haber jugado nunca al primero, me pareció algo más del montón, algo para entretenerse por 15 minutos y nada más. Tampoco ayudó el hecho de haberlo jugado en Xbox One con gamepad, porque soy muy malo para apuntar con el stick analógico. ¿Por qué digo esto? Porque hasta los mejores pueden equivocarse o cambiar de opinión, y yo no soy la excepción (inserte comentario sobre falta de modestia aquí). Al sentarme frente a mi PC y darle a mi propio ritmo, me di cuenta que en realidad es un juegazo que esconde bastante profundidad y divierte un montón.

Ningún zombie es rival para un choclo armado.

Ningún zombie es rival para un choclo armado.

Plants vs. Zombies: Garden Warfare 2 es el segundo third-person shooter de la famosa saga desarrollada por PopCap Games y publicada por EA. En él vamos a formar parte de un pelotón de plantas o de una tropa de zombies, siendo ambos bandos enemigos acérrimos, a través de varios modos de juego y misiones single player. Manteniendo intacto el espíritu de aquella primera entrega que salió en 2009, se incluyeron elementos de tower defense para complementar a los soldados de cada equipo, por medio de plantas o zombies que podemos plantar o revivir (respectivamente, por supuesto) y que aportan beneficios tales como poder de fuego a corta o larga distancia y curación de los jugadores. Los gráficos son muy coloridos y detallados, aunque no le van a volar la cabeza a nadie. Simplemente cumplen su función como corresponde, pero nada más.

Cada uno de los bandos tiene siete clases para elegir, representadas por un personaje diferente. Cada clase cumple un rol particular, al mejor estilo MMORPG: tank (va al frente bancándose los golpes), DPS (pega duro y tiene bastante resistencia), healer (cura y da soporte al equipo) o crowd control (ataques que perjudican a los enemigos), además de snipers y melee. Por supuesto, esto no quiere decir que estén encasilladas en un rol específico, pero sí es cierto que poseen habilidades que las hacen más propicias para una u otra función. Estos roles, sumados a las mecánicas de tower defense, le aportan una buena dosis de estrategia al juego. Todos los personajes tienen múltiples skins utilizables, una de las cuales viene desbloqueada desde el inicio, mientras que el resto se puede obtener por medio de booster packs que podemos comprar con monedas que se consiguen al completar partidas o quests, o a través de microtransacciones. Las skins, además de cambiar visualmente a los personajes, modifican aspectos jugables de los mismos, como el arma o sus habilidades. Esto permite que haya una gran variedad a la hora de pisar el campo de batalla, incluso dentro de una misma clase. Aparte de esto, también existen agregados puramente estéticos como sombreros, máscaras y trajes.

Quiero suponer que ese avión usa combustible orgánico.

Quiero suponer que ese avión usa combustible orgánico.

El menú principal de Garden Warfare 2 es un hub en el cual se encuentran distribuidas todas las opciones de  juego, con las que hay que interactuar para acceder. Lo copado de esto es que es un mapa jugable, con las bases de ambos equipos situadas en los extremos opuestos y una pequeña ciudad explorable en los alrededores. La zona del centro se podría considerar tierra de nadie, y allí vamos a encontrar NPCs (personajes no jugadores) zombies y plantas luchando entre sí, dándonos la posibilidad de meternos en la batalla sin haber tenido que seleccionar un modo de juego. A su vez, recorriendo el mapa podemos encontrarnos con algunas misiones secundarias y minijuegos, además de montones de gags chistosos en forma de graffitis y carteles, por lo que vale la pena salir a dar una vuelta por el barrio. Algo para criticar es que la cantidad de mapas, si bien no es demasiado baja (actualmente son cerca de 13 mapas, uno de los cuales fue agregado como DLC gratuito), se siente medio corta y deja ganas de un poco más, sobre todo al tener en cuenta que algunos están restringidos a modos de juego específicos. En ellos también vamos a encontrar muchos gags y referencias a películas y demás elementos de la cultura popular. El diseño de los niveles me parece muy acertado, ofreciendo varios caminos para flanquear a los enemigos, y si contamos con el personaje adecuado podemos subir a ciertos lugares altos para atacar desde arriba sin exponernos tanto al peligro, lo que le aporta una pequeña dosis de verticalidad.

Estas malditas plantas se metieron con el zombie equivocado.

Estas malditas plantas se metieron con el zombie equivocado.

La jugabilidad es fantástica, brindándonos un shooter frenético que realmente se siente bien. Bajar a un enemigo está premiado con un lindo efecto de sonido, y tenemos habilidades de todo tipo y color: drones con ametralladoras, barriles explosivos, patadas voladoras, teletransportación y una morph ball a lo Samus Aran son solo algunas de las muchas opciones que hay a la hora de combatir. Incluso podemos llamar a un robot de tipo mech y pilotearlo, si es que jugamos con una de las 6 nuevas clases que se agregaron en esta secuela. Es genial la sensación de poder al jugar con Rose y transformar un grupo de enemigos en cabras simultáneamente, volverlos lentos con el ataque correspondiente y eliminarlos a todos rápidamente sin darles tiempo a defenderse. Como dije más arriba, en cuanto a gameplay variedad es algo que jamás falta.

El juego cuenta con un sistema de leveleo individual por personaje, separado para cada skin. Se gana experiencia al eliminar enemigos, cumplir algún objetivo durante la partida o completar las quests disponibles en la cartelera de la base de cada bando. Al llegar a ciertos niveles se desbloquean mejoras que vuelven más poderosos o efectivos a los soldados. Las quests también pueden ofrecer estrellas como recompensa, las cuales podemos usar para limpiar la base y decorarla con estatuas, abrir cofres con premios o acceder a minijuegos. Sobre el tema de microtransacciones, afortunadamente la tasa de drop de monedas es bastante alta, lo que significa que el pack más caro (que garantiza una skin nueva) no demora más que un par de partidas. También se puede optar por boosters más baratos, que traen consumibles (zombies, plantas o items para revivir) y partes de personajes (decoraciones o piezas de skins). Si bien lo ideal sería que un juego pago no tenga microtransacciones, hay que reconocer que en ningún momento nos sentimos presionados a comprarlas, ni por mensajes molestos ni por el tiempo que demora desbloquear los personajes, por lo que tranquilamente podemos ignorarlas y fingir que no existen.

Ham Solo? No, con Lettuce y Tomato, please.

Ham Solo? No, con Lettuce y Tomato, please.

A la hora de lanzarnos al multiplayer, podemos elegir entre un modo co-op de hasta 4 jugadores u otros competitivos. En el primero nos unimos a un grupo de plantas o zombies en una serie de oleadas contra enemigos controlados por la AI, y nuestro objetivo es proteger la base al mejor estilo tower defense. Cada 5 oleadas aparece un boss, y además hay algunos objetivos especiales repartidos de forma aleatoria durante la partida. Los modos competitivos dividen a los jugadores en equipos de muertos vivos o hierbas, y es ahí donde en mi opinión el juego se luce más. Entre otros, tenemos para elegir entre el clásico team deathmatch, otro que es una especie de capture the flag con bombas (por supuesto, llevándolas a las bases enemigas y no a la propia) y uno de conquista de 3 puntos de control repartidos por el mapa, así como otro de asalto a las bases del equipo contrario en el cual se busca capturar su territorio y hacerlo retroceder para capturar su fortaleza. Básicamente hay algo para todos los gustos, lo que le agrega longevidad al juego. Un punto negativo de la versión para PC es que quitaron la opción de split-screen (multiplayer local en pantalla dividida) que se encontraba disponible en PS4 y Xbox One, impidiendo que se convierta en algo que podamos jugar de a varios en el caso de invitar gente a casa. Tampoco soy fan del matchmaking como única opción para encontrar partidas online; extraño el viejo y querido explorador de servers que solían traer muchos juegos allá lejos y hace tiempo. Más de una vez esta herramienta me dejó de garpe en algunos modos de juego, mientras esperaba que alguien se conecte para que se llenen los equipos y poder comenzar la partida. Otra gran ausencia: chat por texto. Si no usamos micrófono no tenemos forma de comunicarnos con los demás jugadores, a menos que usemos algún overlay como el de Origin o Steam (y aún así esto solo serviría para la gente que tengamos en nuestra lista de amigos; no hay manera de chatear con extraños).

La gente que prefiera jugar sola va a tener motivos para alegrarse, porque GW2 incluye un montón de contenido single player. Todos los modos de juego antes mencionados pueden ser jugados con bots, y en Garden o Graveyard Ops (el modo co-op por oleadas) se puede cambiar de personaje al vuelo con solo presionar una tecla, alternando entre los 4 que integran el equipo, mientras la máquina toma automáticamente el control del que acabamos de dejar. Pero el verdadero fuerte es el modo historia, que dura un par de horas y nos presenta un pantallazo a todo lo que el juego tiene para ofrecer, por medio de misiones cortas en donde deberemos cumplir varios objetivos, vencer bosses o defender bases. Todo esto viene acompañado de monólogos con humor, que para ser sincero no me parecieron muy graciosos ni interesantes, pero actúan a modo de presentación de los nuevos personajes introducidos en esta secuela. Eso sí, más vale que tengan una buena conexión a internet, porque el juego requiere estar siempre online, aunque se quiera acceder al single player. De hecho, ni siquiera se puede entrar al hub estando offline, lo cual lo vuelve completamente injugable porque todas las opciones se encuentran ahí, y si en algún momento se corta la conexión nos veremos expulsados a la pantalla de título al cabo de unos pocos segundos, sin posibilidad de volver a entrar hasta que vuelva internet.

El tamaño no importa, solo la cantidad de pistolas láser que uno lleve encima.

El tamaño no importa, solo la cantidad de pistolas láser que uno lleve encima.

Tengo que admitir que la gente de PopCap me dejó impresionado. Un juego del que no esperaba mucho terminó demostrándome que no es bueno juzgar antes de tiempo. A pesar de ciertas falencias en el port de PC, las cosas que sí trae están tan bien logradas que lo vuelven completamente recomendable. El multiplayer es sumamente entretenido, incluso para alguien como yo que prefiere jugar en solitario o con amigos. En definitiva, si buscan un título para darse bifes de lo lindo y que tenga bocha de cosas para hacer y desbloquear, Garden Warfare 2 es el indicado. Ahora, si me disculpan, tengo que ir a reventar un par de zombies que están intentando comerse mi cosecha…

PvZ GW2 - puntaje

Sobre El Autor

Redactor/Reviewer

Fanático incurable del vicio, Pixar y el rock progresivo.

Una Respuesta

  1. Nicolas Herrera

    Es un juego que no me llama. Creo que jugué 30 min lanprimera entrega cuando lo regalaron durante la E3.

    Igual por lo visto (y leído) le acertaron al no hacer lo mismo que en la secuela. Metiéndole mucho contenido single.

    Muy buena la review!